Para que un refrigerador funcione, requiere energía, y con el precio de la energía tiene sentido utilizar un aparato que desperdicie la menor cantidad de energía posible durante el funcionamiento. Los alimentos se refrigeran para frenar el crecimiento de bacterias o detenerlo por completo. Algunos alimentos no representan un gran inconveniente o se destruyen cuando se almacenan a una temperatura de congelación de 0 grados F, -18 grados C, por lo que pueden almacenarse económicamente en congeladores. Sin embargo, para aquellos que no pueden soportar esta temperatura, el nivel de refrigeración ideal es entre 35 a 38 grados F, 1.7 a 3.3 grados C, para reducir la velocidad de crecimiento de las bacterias.

Las bacterias pueden duplicar su número cada 20 minutos cuando se permite que los alimentos se almacenen en un rango de temperatura de 10 a 60 grados. Por lo tanto, almacenar alimentos en el rango de temperatura ideal no solo reduce las posibilidades de intoxicación y / o deterioro de los alimentos, sino que también ayuda a ahorrar dinero.

La EPA ordenó en 2008 que para que un refrigerador nuevo pudiera recibir una calificación Energy Star, tenía que operar a un nivel de al menos 20% por debajo del estándar federal mínimo. Esto significa que los electrodomésticos fabricados desde 2008 hasta el presente pueden consumir un 50% menos de energía que un modelo de tamaño comparable fabricado hace 15 años o más. En otras palabras, el refrigerador energéticamente eficiente le dará al consumidor una recuperación de su inversión casi de inmediato y con el tiempo se recuperará completamente en forma de facturas de energía más bajas.

Hacer funcionar el nuevo refrigerador a la temperatura ideal también mejorará la vida útil de los alimentos perecederos. Como se mencionó anteriormente, los alimentos se estropean debido al crecimiento de bacterias. Por lo tanto, si las personas intentan ahorrar dinero al hacer funcionar su unidad a una temperatura por encima del rango ideal, aumentan considerablemente el riesgo de intoxicación por alimentos o tienen que tirar grandes cantidades de alimentos debido al deterioro. Además, tratar de almacenar artículos en el congelador que no funcionan bien a esas temperaturas o bajar la temperatura de los artículos congelados a menudo provoca quemaduras en el congelador. Esto también obliga a desechar la comida antes de que se pueda consumir, desperdiciando todo el dinero que se gasta en la comida.

Al decidir si comprar o no un refrigerador nuevo, considere la edad de la que será reemplazada. Si el anterior tiene más de 10 años, es hora de comenzar a buscar uno nuevo. Esta inversión no solo será rentable para la persona que está comprando el aparato en forma de facturas de energía más bajas, sino también para el medio ambiente en general. Mientras menos energía se necesite para mantener la frescura de los alimentos para la nación, menor será la huella de carbono para todos.

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